lunes, 26 de marzo de 2012

Sexto Videoblog de 'El Hobbit"

Como viene siendo costumbre, Peter Jackson vuelve a lanzar un nuevo vídeos sobre el rodaje de su nueva película, El Hobbit, haciendo las delicias de los fans de la obra de Tolkien.

miércoles, 14 de marzo de 2012

La Banda Sonora alternativa de 'Troya'

En el año 2004 llegaba a los cines Troya, una superproducción dirigida por Wolfgang Petersen, y protagonizada por estrellas como Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom, Sean Bean o Peter O´Toole, entre otros.
Independientemente de la opinión que se pueda tener sobre la calidad de la película, lo que aquí nos atañe es la controversia que se generó desde su estreno, y que perdura hasta nuestros días, sobre su banda sonora.
Y es que esta adaptación de la Ilíada supuso uno de los más recientes y conocidos casos en que dos músicos compusieron diferentes bandas sonoras para una misma obra, de modo que, aunque la música que pudimos escuchar en los cines fue concebida por James Horner, inicialmente se había elegido para tal fin a Gabriel Yared, cuya partitura fue rechazada a falta de dos meses para el estreno del filme, cuando estaba ya casi terminada.

Escena con la música oficial


Escena editada con la música rechazada


De origen libanés, Gabriel Yared alcanzó la fama gracias a sus composiciones para películas románticas, especialmente por su estrecha colaboración con el realizador Anthony Minghella, con el que trabajó en Cold Mountain, El Talento de Mr. Ripley, y sobre todo El Paciente Inglés, con la que ganó su único Óscar. De este modo, Troya iba a suponer su primer acercamiento a una gran superproducción de corte épico, lo cual suponía todo un reto.
Yared tras recibir el Oscar

En un principio todo avanzó sin problemas y Yared fue madurando la composición bajo el visto bueno de Wolfgang Petersen, quien estaba entusiasmado y no puso ninguna pega. Sin embargo, dos meses antes del estreno, y sin contar aún con el montaje definitivo, los productores decidieron hacer una pase previo para tantear las opiniones del público. Una práctica que ha sido siempre habitual en Hollywood.

Como ya pueden imaginar, en las encuestas posteriores al pase, los espectadores dijeron que la música no era de su gusto, pues les sonaba demasiado anticuada y clásica. Así que los productores, sin pensárselo dos veces, pusieron a Yared de patitas en la calle. Quedaban sólo dos meses para un lanzamiento que había sido promocionado a bombo y platillo, y tenían que encontrar a alguien que en ese corto lapso de tiempo hiciera toda una nueva partitura. El elegido fue obviamente James Horner,un músico más comercial y previsible, archiconocido por películas como Willow, Titanic, Braveheart, La Máscara del Zorro, y un largo etcétera.

Horner en el estreno de Avatar
Apremiado por la falta de tiempo, Horner no dudo en inspirarse de una manera excesivamente fiel en otros músicos, como por ejemplo Shostakovich, de cuya 5ª sinfonía sacó el logrado tema de Aquiles y los Mirmidones, uno de los mejores de la película.

- Aquiles y los Mirmidones de James Horner.
- 5ªSinfonía Shostakovich (desde el minuto 2:25). 

Pero, sin duda, el mayor referente para Horner no fue otro que fue sí mismo, ya que mucha de la música del filme está basada en sus anteriores trabajos. Algo que se ha ido convirtiendo en una práctica habitual en el compositor californiano, al que muchos le reprochan su falta de creatividad y su reiteración de ciertas fórmulas, como el famoso 'Parabará', con el que ha saturado multitud de películas. Pese a todo, hay que reconocer que consiguió darle a los productores lo que deseaban, una banda sonora más comercial y accesible al público, y todo en un tiempo récord.  - Ejemplo del famoso "Parabará" en diferentes obras de James Horner.  La polémica en torno a la banda sonora de Troya tuvo su punto culminante cuando Gabriel Yared publicó en su página web parte de la música que había podido grabar hasta el momento de su despido, junto con una carta donde explicaba lo sucedido. Esto provocó entre los aficionados todo un afán comparativo entre ambas composiciones, que con la llegada de Youtube culminó en la difusión por internet de secuencias editadas con la música de Yared, dando una visión aproximada de cómo habría podido quedar la cinta si la decisión de los productores hubiera sido otra.

Escena Batalla original

Escena Batalla editada con la música rechazada

Como se puede apreciar, es especialmente destacable la manera en que Gabriel Yared se afanó en potenciar la grandilocuencia de la Guerra de Troya, aportando un tono heroico y de épica desbordante que impregna toda la obra, y que consigue gracias a un fuerte protagonismo de los coros. Una glorificación de lo bélico que está absolutamente justificada tratándose de una adaptación de la obra de Homero.

Pese a que los momentos de acción son el plato fuerte de la banda sonora (y de la película), hay que remarcar también cómo la experiencia del músico libanés en películas románticas se hace notar en las escenas de amor, para las que hace uso de dos temas diferentes, uno para Helena y Paris y otro para Aquiles y Briseida. En contraposición, Horner utiliza un único tema de amor para ambas parejas, que además le sirvió para la canción de los créditos, 'Remember Me',  y que por cierto tiene un gran parecido con la música que David Arnold compuso para  Stargate.

Aunque en general las dos bandas sonoras están bastante diferenciadas, también se hace evidente que en momentos de apuro, Horner no dudó en echarle un vistazo al trabajo de su predecesor. El más claro ejemplo es la escena del duelo entre Aquiles y Héctor, donde vemos una ruborizante similitud entre ambas, tanto en el uso de la percusión, como en el cántico final.

Aquiles vs Héctor Oficial


Aquiles vs Héctor música rechazada


En definitiva, aunque cada uno tiene sus gustos y preferencias, la verdad es que el trabajo de Gabriel Yared obtuvo desde el primer momento el apoyo de la mayoría de los aficionados. Hasta tal punto que incluso existe una iniciativa que trata de recolectar firmas para que se haga una edición en DVD que contenga una pista de audio adicional con esta banda sonora. http://www.petitiononline.com/gyared/petition.html
Poder tener la oportunidad de ver la película entera con la música de Yared bien mezclada, y compararla en igualdad de condiciones con la de Horner sería ciertamente gratificador. Pero hasta que eso ocurra, os dejo enlaces a más vídeos, y a la banda sonora completa.


miércoles, 7 de marzo de 2012

La Fantasía en los 80: El Señor de las Bestias

Al echar la vista atrás veinte años, uno no puede evitar pensar que el cine de los 80 es uno de los grandes culpables de que en los últimos años los gimnasios hayan estado copados por la metrosexualidad. Lo cierto es que fuimos varias las generaciones que nos criamos viendo por la tele bustos musculosos y bien depilados de fornidos muchachotes pegayoyas, muchos de los cuales conforman ahora el reparto de Los Mercenarios 2.

Dentro de este trauma colectivo por aumentar la masa corporal, encontramos el género de Espada y Brujería, cuyas raíces se encuentran en el personaje de Conan el Bárbaro, creado por Robert E. Howard.
Este subgénero de la fantasía caló de lo lindo en el audiovisual ochentero, pues al igual que todo el cine de anabolizantes, fue una fórmula ideal para colar en nuestras pueriles cabecitas pildorazos de ideología neoliberal. Al fin y al cabo, la 'espada y brujería' se basa en el culto al individuo que impone su propia justicia por la fuerza, frente a sociedades sectarias lideradas por malvados brujos que han sorbido el cerebro de sus seguidores.

Por aquellos años hubo una gran proliferación de este género, con alguna que otra de cinta de calidad, y una multitud de películas cargadas de casposismo. Quizás a medio camino entre unas y otras se encuentre El Señor de las Bestias, una cinta de Serie B con pocas pretensiones, pero que tras 30 años, aún puede ser considerada uno de los más acertados exponentes del género.
Dirigida en 1982 por Don Coscarelli, la sinopsis sería la siguiente:
Un malvado hechicero de la 'Orden Jun', secuestra a Dar, hijo del rey, mientras aún se encuentra en el vientre de su madre. Sin embargo, el bebé es encontrado por un campesino, que lo criará en un poblado tranquilo y apartado. Al hacerse mayor, Dar se da cuenta que tiene el don de comunicarse con los animales. Así que cuando los 'Juns', arrasan su poblado y matan a su familia adoptiva, Dar iniciará el camino de la venganza.
Una peculiaridad de esta cinta es que su actor protagonista, a diferencia de otros héroes de la época, no estaba especialmente anabolizado, y mantenía una musculatura más realista. Me refiero, como no, a Marc Singer, actor canadiense con una carrera poco fructífera, pero que es bastante recordado por su papel en la serie V, los Visitantes.


Siguiendo con el reparto, no podemos olvidar a la preciosa Tanya Roberts, que ya en su primera aparición en la película se nos muestra en todo su esplendor mamario, mientras se baña en un río junto a una amiga. Una acertada presentación del personaje, dado que la función de Tanya durante el metraje se limita a poco más que mantener bien afilada la espada del héroe.
No obstante, he de reconocer que esta fue una de las escenas que me motivó a ver una treintena de veces El Señor de las Bestias; y con la que descubrí, a muy temprana edad, lo decepcionante que resultaba el Pause en el VHS como método para congelar la imagen.

Pero los personajes que realmente dan un toque especial a la película, son los animales: Ru, la feroz pantera negra que despedaza malvados con sus garras y colmillos. El águila, que vigila desde las alturas y realiza hazañas como rescatar niños de terribles sacrificios. Y sobre todo, Codo y Podo, dos pequeños y traviesos roedores que roban la ropa interior a las chicas, y que fueron en gran medida culpables del gran boom que hubo por instaurar el hurón como animal doméstico.
Cabe destacar también la banda sonora de Lee Holdridge, que es decentita y consigue enfatizar el tono épico y aventurero de la trama.

- Tema principal de la banda sonora

En definitiva, El señor de las Bestias es un entretenidísimo producto 'Pulp', que en su momento arrasó en los videoclubs, y con la que los niños de la época disfrutamos como auténticos 'hurones'.


Por último, quiero advertiros que la película cuenta con dos aberrantes secuelas, cada una peor que la anterior, y que hacen parecer a la original como una auténtica obra maestra. Sólo deciros que en la segunda parte el héroe encuentra una puerta que le transporta en el tiempo hasta la ciudad de Los Ángeles en plenos años noventa. Y la tercera es un subproducto de tan bajo nivel que podría competir con los Power Rangers.

- Trailer El Señor de las Bestias 2: La Puerta del Tiempo (1991)
- Trailer El Señor de las Bestias 3: El ojo de Braxus (1996)

sábado, 3 de marzo de 2012

La Escena: Desfile de Moda Eclesiástica

Perteneciente a la película Roma (1972); Federico Fellini nos ofrece una de las más mordaces e ingeniosas críticas hechas por el cine a la Iglesia católica.
No tiene desperdicio.


jueves, 1 de marzo de 2012

Un rodaje de 'locos': Aguirre, La Cólera de Dios

Hacer una película nunca se ha considerado una tarea sencilla, pero si hay dos nombres indiscutiblemente asociados a rodajes delirantes y esperpénticos, son sin duda Werner Herzog y Klaus Kinski, cuya primera colaboración fue el largometraje Aguirre, La Cólera de Dios (1972)
Kinski, que falleció en 1991, era un actor alemán con un temperamento diabólico, que sufría arrebatos de ira incontrolados, además de padecer coprolalia: enfermedad que le hacía proferir obscenidades sin poder refrenarse. En 1999, Herzog hizo un documental sobre Kinski, Mi Enemigo Íntimo, donde resaltó lo mejor y lo peor del actor, al que llega a definir como egomaníaco.

He aquí un fragmento del documental.


Visto lo visto, parece bastante cierto que Kinski no estaba muy bien de la cabeza, pero hay que decir que Herzog no se queda muy atrás. Y aunque el director siempre ha tenido un carácter sosegado y tranquilo, su propia personalidad se vislumbra en los personajes que protagonizan sus películas:
"Megalómanos excéntricos, incomprendidos por la sociedad, y obsesionados con ambiciosos y delirantes proyectos abocados a la locura o al fracaso".
Kinski acusaba a Herzog de ser también un megalómano, enamorado de sí mismo y de su arte, que no dudaba en poner en peligro a los demás para llevar a cabo sus descabellados rodajes.

Con un actor y un director de tales características, resulta coherente que la película tratase sobre un controvertido personaje histórico, considerado un 'loco' por muchos: Lope de Aguirre.
Este conquistador español participó en una de las expediciones más lunáticas de la historia, la búsqueda de El Dorado por la Selva Amazónica en el siglo XVI. Aguirre se amotinó y asumió el poder en la expedición, llegando a desafiar por carta a Felipe II, y autoproclamándose príncipe de Peru, Tierra Firme y Chile.

En el corazón de las tinieblas

Así pues, Herzog, que no es muy amigo de los platós ni de los artificios, se plantó con su equipo en pleno Amazonas peruano, donde durante dos meses tuvieron que vivir prácticamente en balsas. Según cuenta Kinski en su diario, apenas tenían medios y tuvieron que sufrir picaduras de mosquitos, fiebres, dientería, agotamiento y hambre.

Al parecer, Herzog estaba tan obsesionado con dotar del máximo realismo a su película, que les hacía pasar todo tipo de penalidades para que llegaran a la extenuación y así resultaran más convincentes sus interpretaciones. Con lo que algunos acabaron incluso bebiendo agua del río, mientras el director y su jefe de producción acaparaban para sí la mayoría de alimentos y agua.

Una de las jornadas más duras del rodaje lo narra kisnki de la siguiente manera:
  “Hoy, a las tres de la madrugada, nos despiertan brutalmente en nuestras balsas. Nos dicen que no hay tiempo para desayunar, ni siquiera para tomar un café, y que vamos a navegar sólo veinte minutos, hasta el próximo poblado indio a la orilla del río. Allí, dicen, nos darán de todo. Pero los supuestos veinte minutos se convierten en dieciocho horas. Como siempre, Herzog nos ha mentido.
Con las cabezas metidas en los pesados cascos de acero, que el sol lacerante calienta hasta tal punto que nos quemamos, pasamos el día entero sin techo y sin la menor sombra, sin comer ni beber, sometidos al calor más implacable. La gente va cayendo como moscas. Primero las chicas, luego los hombres, uno detrás de otro. La mayoría tienen las piernas llenas de pus e hinchadas hasta la desfiguración por culpa de las picaduras de mosquitos.
Cuando, al atardecer, llegamos por fin a un poblado indio, resulta que está en llamas. Herzog lo ha hecho incendiar, y hambrientos y medio muertos de sed, tambaleándonos de agotamiento de dieciocho horas de calor infernal, tenemos que atacar el poblado indio directamente desde las balsas, tal como ordena el estúpido guión.”
En tales circunstancias, cualquiera puede hacerse una idea de cómo acabó siendo la relación de Kinski con Herzog. El actor empezó a albergar un profundo odio hacia su director, y no permitía que se le acercara ni que le dirigiera la palabra, soltando una cantidad ingente de insultos cada vez que lo veía.
La cosa llegó a tal extremo que un día Kinski amenazó con marcharse del rodaje y el director le dijo que si lo intentaba, le mataría pegándole ocho tiros, y suicidándose después. Kinski aceptó el desafío y lo estuvo esperando esa noche en su balsa con un rifle preparado, pero al final Herzog le pidió perdón y siguieron el rodaje.
Kinski agrediendo a Herzog durante el rodaje de Cobra Verde (1987)
Finalmente, toda esa tortura obtuvo sus frutos. Aguirre, La Cólera de Dios se convirtió tras su estreno en un éxito que a dió a conocer a Herzog en todo el mundo, y consagró a su actor principal como un genio de la interpretación. La película llegó a influenciar incluso al mismísimo Francis Ford Coppola, a quien Aguirre le sirvió de inspiración para hacer Apocalypse Now (1979).

Pero a Kinski le costó olvidar los sucedido, y se pasó varios años sin querer hablar con el realizador. Nadie hubiera dicho entonces que volverían a trabajar juntos, y sin embargo, no sólo acabaron realizando cinco películas juntos, sino que a principio de los ochenta volverían al Amazonas para trabajar en Fitzcarraldo. Un rodaje que llegó a ser aún más delirante si cabe que el de Aguirre, en el que llegaron a verse situaciones de un surrealismo sin precedentes en la historia del cine, y sobre el que escribiré próximamente.