miércoles, 7 de marzo de 2012

La Fantasía en los 80: El Señor de las Bestias

Al echar la vista atrás veinte años, uno no puede evitar pensar que el cine de los 80 es uno de los grandes culpables de que en los últimos años los gimnasios hayan estado copados por la metrosexualidad. Lo cierto es que fuimos varias las generaciones que nos criamos viendo por la tele bustos musculosos y bien depilados de fornidos muchachotes pegayoyas, muchos de los cuales conforman ahora el reparto de Los Mercenarios 2.

Dentro de este trauma colectivo por aumentar la masa corporal, encontramos el género de Espada y Brujería, cuyas raíces se encuentran en el personaje de Conan el Bárbaro, creado por Robert E. Howard.
Este subgénero de la fantasía caló de lo lindo en el audiovisual ochentero, pues al igual que todo el cine de anabolizantes, fue una fórmula ideal para colar en nuestras pueriles cabecitas pildorazos de ideología neoliberal. Al fin y al cabo, la 'espada y brujería' se basa en el culto al individuo que impone su propia justicia por la fuerza, frente a sociedades sectarias lideradas por malvados brujos que han sorbido el cerebro de sus seguidores.

Por aquellos años hubo una gran proliferación de este género, con alguna que otra de cinta de calidad, y una multitud de películas cargadas de casposismo. Quizás a medio camino entre unas y otras se encuentre El Señor de las Bestias, una cinta de Serie B con pocas pretensiones, pero que tras 30 años, aún puede ser considerada uno de los más acertados exponentes del género.
Dirigida en 1982 por Don Coscarelli, la sinopsis sería la siguiente:
Un malvado hechicero de la 'Orden Jun', secuestra a Dar, hijo del rey, mientras aún se encuentra en el vientre de su madre. Sin embargo, el bebé es encontrado por un campesino, que lo criará en un poblado tranquilo y apartado. Al hacerse mayor, Dar se da cuenta que tiene el don de comunicarse con los animales. Así que cuando los 'Juns', arrasan su poblado y matan a su familia adoptiva, Dar iniciará el camino de la venganza.
Una peculiaridad de esta cinta es que su actor protagonista, a diferencia de otros héroes de la época, no estaba especialmente anabolizado, y mantenía una musculatura más realista. Me refiero, como no, a Marc Singer, actor canadiense con una carrera poco fructífera, pero que es bastante recordado por su papel en la serie V, los Visitantes.


Siguiendo con el reparto, no podemos olvidar a la preciosa Tanya Roberts, que ya en su primera aparición en la película se nos muestra en todo su esplendor mamario, mientras se baña en un río junto a una amiga. Una acertada presentación del personaje, dado que la función de Tanya durante el metraje se limita a poco más que mantener bien afilada la espada del héroe.
No obstante, he de reconocer que esta fue una de las escenas que me motivó a ver una treintena de veces El Señor de las Bestias; y con la que descubrí, a muy temprana edad, lo decepcionante que resultaba el Pause en el VHS como método para congelar la imagen.

Pero los personajes que realmente dan un toque especial a la película, son los animales: Ru, la feroz pantera negra que despedaza malvados con sus garras y colmillos. El águila, que vigila desde las alturas y realiza hazañas como rescatar niños de terribles sacrificios. Y sobre todo, Codo y Podo, dos pequeños y traviesos roedores que roban la ropa interior a las chicas, y que fueron en gran medida culpables del gran boom que hubo por instaurar el hurón como animal doméstico.
Cabe destacar también la banda sonora de Lee Holdridge, que es decentita y consigue enfatizar el tono épico y aventurero de la trama.

- Tema principal de la banda sonora

En definitiva, El señor de las Bestias es un entretenidísimo producto 'Pulp', que en su momento arrasó en los videoclubs, y con la que los niños de la época disfrutamos como auténticos 'hurones'.


Por último, quiero advertiros que la película cuenta con dos aberrantes secuelas, cada una peor que la anterior, y que hacen parecer a la original como una auténtica obra maestra. Sólo deciros que en la segunda parte el héroe encuentra una puerta que le transporta en el tiempo hasta la ciudad de Los Ángeles en plenos años noventa. Y la tercera es un subproducto de tan bajo nivel que podría competir con los Power Rangers.

- Trailer El Señor de las Bestias 2: La Puerta del Tiempo (1991)
- Trailer El Señor de las Bestias 3: El ojo de Braxus (1996)

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